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Tiempo de Lectura: 4 minutos
Autor: Oliver R. Arroyo Leos, Docente Campus San Luis Potosí Escuela Bancaria y Comercial
Índice de contenido
La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) inició operaciones en el lejano 1895 (hace más de un siglo), mientras que la Bolsa Institucional del Valores (BIVA) comenzó a operar apenas hace cuatro años. Ambas son parte fundamental del Sistema Financiero Mexicano. A ellas acuden las empresas que requieren o necesitan dinero, así como las personas físicas y morales que desean invertir sus excedentes de efectivo.
¿Por qué se invierte en la Bolsa Mexicana de Valores?
¿Por qué acuden las empresas a solicitar dinero en este tipo de mercado financiero? ¿Por qué las personas invierten en dichas empresas? La respuesta a tales preguntas es relativamente sencilla: las empresas diversifican así su riesgo, es decir, lo comparten con otras personas y abren sus puertas a nuevos accionistas, quienes, por su parte, se arriesgan a invertir en ellas, ante la perspectiva de mayores utilidades.
El invertir o no, el compartir la empresa o no, depende de diversos factores: la situación financiera de la empresa, la posición del sector en el que la organización está insertada, las perspectivas económicas nacionales e internacionales y, por supuesto, la política económica y financiera del gobierno en turno, mejor conocida en el ambiente financiero como la gobernanza.
Características de la Bolsa Mexicana de Valores
Hasta el mes de septiembre de 2022, el número de empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores ascendía a 140, mientras que en BIVA el número de emisoras que operan son 48. Si comparamos estas cifras con la bolsa de valores más grande del mundo, The New York Stock Exchange (3,200 valores), podemos concluir que las bolsas de valores mexicanas representan una porción mínima con respecto al mercado norteamericano (menos del 5%).
Si comparamos el tamaño de las bolsas mexicanas con las bolsas de valores pesadas de Latinoamérica, como la brasileña Bolsa de Valores de Sao Paulo (con poco más de 350 emisoras) y la Bolsa de Santiago en Chile (con 195), puede observarse que nuestra Bolsa Mexicana de Valores se encuentra en el tercer lugar.
Uno de los síntomas con el que confirmamos que el mercado de valores se encuentra sano o no es el hecho de que nuevas empresas busquen en las bolsas otras formas de financiamiento y que se lleven a cabo las famosas Ofertas Públicas Iniciales (OPI), las cuales se refieren a la primera venta de acciones por parte de una compañía privada o pública.
En este sentido, la BMV no ha presentado ninguna durante los últimos cinco años, mientras que en BIVA sólo se ha tenido la de la española Cox Energy América. Existen algunos proyectos de nuevas empresas a ofertar, pero lo cierto es que sólo han sido eso: proyectos.
Lo anterior es preocupante para nuestro país, ya que en el Brasil de 2020 (año tope de la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2) se registraron veintiocho OPI. En aquel año se mantuvieron las tasas de interés bajas y las variables macroeconómicas no eran las mejores. En México, en cambio, ha sucedido lo contrario: las OPI han sido nulas.
Podemos describir lo anterior en tres puntos:
1. Las inversiones que se dan en el mercado de valores son siempre apuestas, lo que implica un grado de incertidumbre, que puede subir o bajar, de acuerdo con las condiciones de la empresa, el sector, la economía del país y la situación global. Por tanto, la perspectiva actual no abona mucho para remediar esta situación: es muy probable que, al menos en nuestro país, pase algún tiempo considerable antes de que el mercado de valores en México mejore su situación.
2. Las inversiones en el mercado de valores funcionan de mejor manera cuando las tasas de interés en el mercado son relativamente bajas, ya que el diferencial de la opción de invertir en la Bolsa, respecto a dichas tasas, hace que valga la pena correr el riesgo de apostar por el rendimiento que otorgue el invertir en empresas.
Lamentablemente, es tiempo de tasas altas. Así lo ha dado a entender la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco de México. De hecho, este tiempo de tasas altas es una de las causas del bear market actual.
3. Los inversionistas en bolsa están acostumbrados, en mayor o menor medida, a lidiar con el riesgo (de hecho, es una de sus características principales), pero es un riesgo calculado, provocado de manera directa por la operación y el manejo propio de la empresa y de ciertas variables que le aquejan.
Sin embargo, cuando existe un riesgo latente, ya sea por las propias acciones que deja de hacer el gobierno o bien por la incertidumbre que la política económica genera, simplemente espanta a todo tipo de inversionistas y a empresas, por más que estén acostumbrados al riesgo.
En fin, tal parece que no es el tiempo del mercado de valores. Se suma a su alrededor una serie de circunstancias que hacen que los inversionistas lo piensen más de dos veces antes de arriesgar su dinero. Por cierto, aunado a lo anterior, hay empresas listadas que incluso piensan salirse de la Bolsa Mexicana de Valores. Algo están viendo que nosotros no percibimos.
Fuentes:
BNamericas. (09 de Marzo de 2021). Obtenido de Radiografía a la ola de ofertas públicas iniciales en Brasil: https://www.bnamericas.com/es/reportajes/radiografia-a-la-ola-de-ofertas-publicas-iniciales-en-brasil
Bolsa Institucional de Valores. (24 de septiembre de 2022). BIVA. Obtenido de https://www.biva.mx
Gobierno de México. (25 de Septiembre de 2022). Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro. Obtenido de https://www.gob.mx/consar/articulos/opi-s
Grupo Bolsa Mexicana de Valores. (23 de septiembre de 2022). Grupo BMV. Obtenido de https://www.bmv.com.mx/es/emisoras/informacion-de-emisoras