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Tiempo de lectura: 5 minutos
Autor: Andrés Rodríguez Leos
Consultor de Negocios y Finanzas en Educación Continua
Escuela Bancaria y Comercial
Índice de contenido
La educación financiera es un tema que cada vez más afecta a los mexicanos, esto derivado de diferentes aspectos que hacen que las decisiones sobre los ingresos y los egresos en los hogares incidan de manera considerable en la calidad de la vida.
Algunos de los factores que más influyen son el bajo nivel de estudios, pues, según el INEGI, en promedio los mexicanos cuentan con 9.7 grados de escolaridad, lo que equivale a un poco más de la secundaria, tiempo en el que nadie les enseñó finanzas, por otra parte, también menciona que sólo el 1 % de la población gana más de $31,551 MXN al mes, lo que equivale a $1,660 USD y sólo el 49.1 % tiene acceso a productos y servicios bancarios.
Lo anterior invita a reflexionar acerca de la denominada “libertad financiera”, tan popular hoy en día en los diferentes medios de información y contenido digital, pero que no es para todos, pues muy pocos se pueden dar el lujo de destinar dinero a situaciones que no sean el sustento de sus hogares, a esto se le deben agregar los diversos mitos y desinformación (soluciones mágicas) que venden en las redes sociales, los cuales prometen ganar dinero sin el menor esfuerzo y sin considerar la realidad de cada persona.
Para el acceso a la educación financiera no es necesario contar con estudios profesionales, ya que esta se puede aprender sin necesidad de tener una carrera universitaria, sin embargo, mucha de la información existente está enfocada a controlar los gastos o más bien a satanizarlos, para ello se utilizan adjetivos como “gastos hormiga” o “gastos vampiro”, en ambos conceptos se le trata de decir a las personas “no gastes”, lo que sin duda es una paradoja, pues si las personas no consumen, la economía no puede crecer y por ende no se pueden generar más y mejores empleos.
Hay que entender que cada persona es diferente y lo que está bien para unos no está bien para otros; considero que el mayor problema de la educación financiera en México no está en lo que dice, sino cómo lo dice, ya que hay muchos anglicismos mal aplicados, conceptos etéreos y ningún material ayuda a concientizar a las personas sobre los gustos que se dan, pues como dicen los dichos más populares: “me lo merezco”, “para eso trabajo” y mi preferido “que se preocupe el yo del futuro”, entre muchos otros que quieren justificar la falta de reflexión sobre si debe gastar o no, lo cual sucede porque muchas personas aspiran a que los problemas se solucionen de manera mágica.
Consejos para mejorar la situación financiera
Sin embargo, no todo es malo, en ocasiones esto motiva a los individuos a buscar una vida mejor no solo a través de no gastar, sino a encontrar formas de generar más ingresos, los cuales les ayuden tanto a pagar lo que compraron como a incrementar su calidad de vida. Para ello, lo primero que debe pasar es que las personas estén conscientes de su situación de manera clara y no únicamente de forma aproximada, en ese sentido recomiendo lo siguiente:
1. Realizar un presupuesto tal como lo hacen las empresas, es decir, estimar los diversos ingresos que se van a tener de modo semanal, quincenal, mensual, bimestral, etc. y hacer una proyección anual. Para aquellas percepciones variables, las cuales no es seguro que puedan obtener, sugiero no considerarlas.
2. Presupuesto de egresos en el cual no basta con hacer un estimado, según el famoso “yo creo que gasto más o menos”, al contrario, se debe ser lo más preciso posible, ya que solo así se podrán obtener resultados que realmente ayuden a mejorar las finanzas. Al respecto, me parece importante agrupar los egresos en tres tipos:
3. Créditos: Se debe poner el pago que se realiza a cada uno de los créditos que se tengan, tales como TDC, nómina, personales, auto, hipoteca e, incluso, si se trata de una tanda hay que poner lo que se paga y lo que se recibirá se deberá colocar en la parte de “ingresos”.
4. Manutención: Se debe hacer una lista puntual de los gastos que se requieren para vivir, como comida, agua, luz, colegiaturas, limpieza, transportación, gasolina, renta, entre otros.
5. Satisfactores: Según la teoría de la jerarquía de necesidades de Maslow, los satisfactores son aquellas cosas o situaciones que cumplen una necesidad específica, sin embargo, estos pueden variar de persona a persona y de cultura a cultura. Asimismo, lo que satisfaga a una persona en un momento dado puede no ser suficiente para hacerlo en otro momento o situación, en resumen, esta lista será la que más actualizaciones tendrá.
Los datos dentro de este apartado se podrán disminuir o utilizar como una forma de motivación, por ello se debe colocar la información libre de críticas; todas las personas tienen en mayor o menor medida este tipo de gastos, lo más importante es que dejen de estar solo en tus pensamientos y los pongas en una hoja de papel o en una herramienta digital.
Algunos ejemplos de estos conceptos son:
1. Starbucks: Tan satanizado por algunos, tan aplaudido por otros que se ahorran la renta de la oficina o el consultorio, pues solo compran café y están durante horas usando las instalaciones.
2. Cine de lujo: Tan criticado por algunos, pero tan cómodo y placentero para otros.
3. Servicios de streaming: La manera de estar más tiempo buscando que viendo una película o series, eso sí, con la comodidad de los cines de lujo y más, pero a un precio menor.
4. Comida chatarra: Tan mala para la salud y peso, pero en ocasiones tan necesaria para sobrellevar los trayectos que parecen interminables y las jornadas extenuantes; basta con preguntarles a los contadores ahora que realizaron los cierres anuales.
Cabe aclarar que no estoy tratando de apoyar a que se sigan haciendo estos gastos, sino más bien a crear conciencia de la existencia y magnitud de estos, la decisión de si son buenos o malos es personal.
Para el presupuesto de egresos recomiendo calcular los porcentajes de gastos, pues esto ayudará a dar claridad de qué tanto se gasta en cada apartado.
Una vez hecho lo anterior, hay que realizar un comparativo entre ingresos y egresos, con ello será posible conocer si los ingresos alcanzan para cubrir los gastos o si los gastos superan los ingresos. Si pasa esto último, no es necesario perder la calma, será mejor ocuparse al tomar decisiones.
Se debe evaluar si hay gastos que se puedan suprimir y si no, es momento de generar más ingresos, pero ¿cómo?, ¿en qué?, ¿a qué hora?, ¿cuándo será posible descansar? y, sobre todo, ¿por qué yo?, las respuestas pueden ser muy diversas, sin embargo, lo resumiré en esta frase que se le atribuye a Albert Einstein: «Para obtener resultados diferentes hay que hacer cosas diferentes».
Regla de los tres hobbies
Finalmente, sugiero comenzar con mi regla de los tres hobbies, las personas debemos tener pasatiempos:
1. Uno que produzca salud: Correr no es el único ejercicio, hay muchos otros, solo se debe hallar el que más se acomode al estilo de vida de las personas.
2. Uno que produzca intelecto: Se debe seguir aprendiendo, pues no hay que olvidar que “somos estudiantes para siempre”; hay que actualizarse, la inteligencia artificial ya es una realidad.
3. Uno que produzca ingresos: Se puede impartir clases, tomar fotos, dar consejos millonarios, revender tenis e incluso dormir, aunque no lo parezca, hay quien gana dinero de esa forma, lo importante es abrir la mente y que sea verdaderamente un hobby para imprimirle pasión, así como dedicación, así no será una carga, sino más bien una catarsis.
Progreso y constancia
Ni toda la información existente sobre educación financiera resolverá los problemas, pues lo primero que debe suceder es “ser consciente” y dar un paso a la vez. Hay que recordar lo siguiente: “progreso, no perfección”.