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TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
Autor: Hugo Guillermo Olivares. Catedrático de la Escuela de Graduados Escuela Bancaria y Comercial.
Índice de contenido
- ¿El uso de aplicaciones realmente aumenta la productividad?
- Propuestas para romper conductas compulsivas en el uso de aplicaciones
1. ¿El uso de aplicaciones realmente aumenta la productividad?
Nadie se atrevería a decir que su aplicación (app) fue diseñada con el propósito de reducir la productividad. Sin embargo y lamentablemente, el mundo de los negocios está viéndose afectado por el bajo rendimiento que genera el uso descontrolado de aplicaciones, redes sociales y los dispositivos móviles como son los teléfonos inteligentes (smartphones) y tabletas, sólo por mencionar algunos.
El problema no está en la tecnología per se, por supuesto, sino en los malos hábitos. La disponibilidad de una herramienta de comunicación como los smartphones, ha incrementado de manera significativa el número de requerimientos de clientes, jefes, proveedores, pares e incluso subordinados, a la vez que ha fortalecido el deseo de respuestas inmediatas. Consecuentemente, surge una conducta compulsiva: interrumpo lo que estoy haciendo (una junta, la conducción del automóvil, mi propio sueño) para atender otros asuntos, cada uno de los cuales se anuncia con el vibrar, el sonido o la luz de mi celular. ¿El resultado? Juntas improductivas, proyectos que se dilatan, agotamiento personal e incluso accidentes viales.
Las aplicaciones y las redes sociales han trasladado las opciones de diversión a cualquier lugar y a cualquier hora. Antes, para disfrutar de un tipo específico de entretenimiento, nos veíamos forzados a asistir a un club deportivo, a acudir a una sala de cine, a visitar un bar, a ir a un teatro. Ahora, conectados a internet, todo cabe en nuestro teléfono, en nuestra tableta, en nuestra computadora portátil. Y podemos incluso entretenernos en la oficina (en las instalaciones de la empresa o en el espacio que hemos adaptado en casa para cumplir con nuestro horario laboral).
2. Propuestas para romper conductas compulsivas en el uso de aplicaciones
¿Qué hacer? Ofrezco a continuación dos propuestas de trabajo personal para romper las conductas compulsivas, liberarnos de aquello que encadena nuestras emociones (o de aquello que las extravía) y rescatar así la salud de nuestras propias mentes.
Utiliza aplicaciones e involúcrate en redes que coincidan con tu desarrollo personal y laboral
Hay organizaciones y personas que deciden tener presencia en redes y animan a sus colaboradores a participar. Esto es positivo cuando la definición del propósito es clara y debidamente explicada: objetivos de negocio, fortalecimiento de valores, desarrollo colectivo, creación de tejidos sociales, etcétera. También puede ser una buena acción el instalar aplicaciones que faciliten nuestro trabajo y lo vuelvan más efectivo: administradores de proyectos, mapas mentales, videoconferencias, intercambio de documentos, seguidores de acuerdos, entre otros. Estas aplicaciones no necesariamente tienen que ser aburridas: hay diseños muy ingeniosos y divertidos, para que la experiencia del usuario sea verdaderamente gozosa. Insisto, el problema no está en la tecnología sino en las relaciones disfuncionales que construimos con ella y a través de ella.
¡Desenredemos nuestra red y busquemos relaciones armónicas con el mundo y con la tecnología! El cambio, estoy absolutamente seguro, impactará positivamente sobre nuestra vida personal y en nuestros objetivos profesionales.Asigna horarios para el entretenimiento digital
No está mal interactuar con el mundo a través de las redes sociales; es bueno descansar unos minutos en la oficina (o en la casa-oficina), interrumpir por un momento la faena del día y jugar con las sorprendentes aplicaciones de nuestra tableta; pero nuestra disciplina en el cumplimiento de tiempos asignados debe ser impecable: quince minutos de relajación a la mitad de la jornada, tal vez, y acaso veinte o treinta minutos al final del día, está bien.
Lo alarmante es la manía de mantener abiertos los notificadores de las redes y de revisar constantemente la pantalla del celular. ¿Por qué no pruebas algo? ¡Desconéctate y deja que el mundo gire solito! Puedo asegurarte algo: al término de la jornada, tu ciudad seguirá donde estaba, el Planeta estará en su lugar, las aplicaciones serán igualmente divertidas… y tus amigos no habrán desaparecido.
Define tus criterios de relevancia y prioridad, debes atender, incluso con urgencia, aquello que sea parte de tu misión personal o de tu misión en una empresa. El resto de los temas puede ser demorado, desviado o rechazado. ¡Hazlo por salud, por honestidad y por sensatez! Si crees que “todo es importante”, seguramente vives en un sistema caótico y descontrolado donde ya nada es importante, ni siquiera tu propia vida.Numeralia de interés:
- Una persona pasa en promedio un poco más de 76,500 horas en su celular a lo largo de su vida, lo que equivale a 8.74 años.
- Fuente: estudio realizado por WhistleOut