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Tiempo de Lectura: 2.5 minutos
Autor: Gustavo Saucedo Cervantes , Docente Campus Aguascalientes, Escuela Bancaria y Comercial.
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¿Cuáles son los financiamientos colectivos que pueden impulsar tu negocio?
El crowdfunding, crowdlending y crowdequity son tipos de financiamiento que, como comento en mi libro titulado Aspectos tributarios de la Ley Fintech, surgen de la economía colaborativa, donde básicamente se tienen activos infrautilizados o con capacidad ociosa, para compartirlos a un menor costo con un tercero, los ejemplos claros actuales son: Uber, compartiendo vehículos, Airbnb, compartiendo inmuebles, etc.
El crowdfunding, también conocido como sistema de financiamiento colectivo, financiación colaborativa o micro mecenazgo, es un fenómeno relativamente reciente, donde las personas se asocian con el propósito de recaudar fondos para un proyecto.
Actualmente en México existe un financiamiento colectivo común; es conocido en varias partes del país como “tandas” o “vaquitas”. Incluso, en varias agencias automotrices se reúnen personas que quieren adquirir el mismo automóvil, todos juntos pagan las mensualidades y por orden de un sorteo se les entregan los vehículos, aquí el intermediario o administrador es la misma agencia y no es necesario tener una institución financiera de por medio. Muchas personas no tendrían acceso al financiamiento de no ser por estos medios.
El crowdlending es otra herramienta de financiamiento colectivo alternativa al clásico préstamo por parte de la banca, desde 2014 ha tenido un enorme crecimiento gracias a las regulaciones para las Fintech en México.
Este modelo no requiere intermediarios, se basa en conseguir captación directamente de particulares para financiar un proyecto o empresa de interés, la cantidad de dinero se presta y a cambio se recibe un interés o rendimiento del mismo, por lo que se convierte en una alternativa de las entidades financieras. Normalmente, tanto los inversionistas como los que reciben el financiamiento, obtienen mayores rendimientos que en cualquier institución financiera, ya que es más barato, pues no tienen que cumplir con tantos requisitos, no existen comisiones de apertura, los intereses moratorios son menores.
Por lo general los gastos de operación del crédito son menores para ambas partes, no exigen contratar servicios adicionales y la comisión de las Instituciones de Tecnologías Financieras (ITF) va del 1% al 2% anual; estos préstamos se realizan sólo mediante pagarés electrónicos ya que actualmente en la web no es posible realizar alguna garantía hipotecaria.
Con el crowdequity los inversores participan directamente en el capital de una empresa, los emprendedores pueden financiar su proyecto con terceros por medio de una plataforma o empresa de ITF que publique su proyecto, el inversionista interesado aporta una cantidad para recibir a cambio participación en el capital de la misma; sin embargo, no obtiene ninguna garantía de éxito.
Las plataformas o empresas ITF dan seguimiento al proyecto, además ponen en contacto directo a quien recibe el financiamiento y quien está dispuesto a participar en el capital de la otra, por lo que da acceso incluso a pequeños inversores.
En el crowdequity los proyectos son publicados en la plataforma de financiación colectiva de alguna Fintech; en ella se fija una meta a recaudar y durante un periodo que puede ir de 60 a 90 días permanece abierta la opción a participar como inversionistas para luego comenzar con el proyecto o bien, si no se juntó la meta, se regresa el dinero a los inversores.
Como conclusión, los tres tipos de financiamiento colectivo aquí comentados pueden tener vertientes diferentes o híbridos con otros financiamientos, ya que, tanto las personas como la forma en la que nos relacionamos va evolucionando, cada día se generan nuevas maneras financieras para interactuar, sobre todo entre particulares de manera directa.
Contenido publicado originalmente en El Economista
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