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Tiempo de Lectura: 3.5 minutos
Autor: Gustavo A. López Corona, Director de Educación Continua Escuela Bancaria y Comercial
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Durante mucho tiempo ha existido cierto menosprecio por las habilidades para la vida, también conocidas como life skills, que nos permiten el logro de resultados en las organizaciones. Sin embargo, estas habilidades son las más difíciles de desarrollar y formar en las personas.
¿Por qué son importantes las habilidades para la vida en el entorno laboral?
A las habilidades técnicas, como los procedimientos productivos o el manejo de un software, se les llama duras, ya que se asocian a herramientas de trabajo manual; pero, en realidad y si bien se trata de actividades constantes y de precisión, estas tareas son más fáciles de enseñar (a través de procedimientos, pasos, manuales e instructivos).
A diferencia del uso de una herramienta, no existe el paso uno, dos y tres para ser un buen líder; no existe el manual de procedimientos para la escucha activa ni el instructivo para el trabajo en equipo. Esas habilidades se desarrollan a través de métodos prácticos y la guía de personas expertas que transmitan las mejores prácticas a través de una modalidad vivencial.
Aprender liderazgo, negociación o trabajo en equipo (tres de las habilidades de mayor importancia para el trabajo diario) no sólo tiene impacto en el ámbito laboral, sino en cada aspecto de la vida diaria: se puede ser buen líder en la comunidad, un buen negociador en el equipo deportivo o un buen trabajador en conjunto dentro de las actividades del hogar. Es por eso que, para hacerle justicia a estas importantes competencias, debemos llamarles habilidades para la vida.
Practicar estas habilidades para la vida es como aprender un arte marcial: se requiere disciplina y fortaleza para enfrentar los combates, inteligencia para aprovechar la fuerza y usar las distracciones del contrincante a nuestro favor. Pareciera que un combate marcial es muy diferente a una relación interpersonal cotidiana en la oficina, pero el poder de los puños o las piernas se sustituye por la jerarquía, la experiencia y las pasiones humanas.
Una negociación es una especie de combate pacífico en donde dos o más personas buscan que su interés prevalezca. Por ejemplo, negociar con un cliente molesto requiere entender que su incomodidad por un mal servicio está acompañada de otros aspectos más allá de los propios del negocio, como la frustración, tensiones y estrés o incluso problemas personales. Un buen negociador debe saber resolver la situación sin desenfocarse en cosas que van más allá del incumplimiento de la promesa del negocio y sin agravar la situación.
Es por lo anterior que cuesta tanto trabajo formar buenos negociadores o líderes, porque se les pide tomar “decisiones objetivas”, cuando las personas no somos objetos, somos sujetos con pensamientos y decisiones subjetivas. Gracias a esto, aquellas personas que han desarrollado una competencia que encamine a los demás poniendo balance en lo personal, social y en los resultados de la empresa son muy valoradas por las organizaciones.
El trabajo de EBC en el desarrollo de habilidades para la vida dentro de sus aulas
A lo largo de sus más de noventa años, la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) se ha relacionado con algunas de las organizaciones más prestigiosas que emplean a sus estudiantes y ex alumnos, lo que le ha permitido a la institución recibir retroalimentación de las habilidades para la vida necesarias para el éxito profesional.
Con la mira en el año 2030, la EBC ha incorporado en todos sus programas de estudio las nueve habilidades para la vida más valoradas por las organizaciones:
- Madurez social: comprender, valorar y asumir normas sociales.
- Aprendizaje: dominar nuevas tareas.
- Autodesarrollo: actualizar los aprendizajes de forma constante.
- Liderazgo: guiar a grupos e individuos hacia la obtención de objetivos.
- Autoconfianza: solucionar conflictos o tareas con seguridad, tanto en sí mismo como en sus capacidades.
- Enfoque a resultados: establecer objetivos y monitorear los resultados para su cumplimiento.
- Apertura al cambio: comprender, aceptar y manejar nuevas ideas o enfoques.
- Iniciativa: emprender proyectos de manera independiente, anticiparse a los hechos y asumir riesgos.
- Innovación: aportar ideas creativas a situaciones de trabajo para la solución de problemas y conflictos en constante cambio.
La EBC ha incorporado esta forma de aprender a través de actividades pedagógicas en todos sus planes de estudio con el afán de que sus egresados no sólo sean diestros en el manejo de las finanzas, la contabilidad y la gestión, sino hábiles profesionales que se abren paso ante el entorno cambiante con un pensamiento creativo.
A diferencia de los aprendizajes que preparaban a las personas para una tarea específica y las encasillaban dentro de una profesión única, el aprendizaje a lo largo de la vida y el desarrollo de estas habilidades permiten que los profesionales se incorporen a actividades diferentes, culturas organizacionales distintas, entornos nacionales diversos y situaciones adversas, conforme lo demandan las cambiantes realidades de los negocios y las relaciones de nuestro planeta. Dato de interés:
- ¿Sabías que 94% de los profesionales de la selección de personal creen que un empleado con mayores habilidades de vida tiene más posibilidades de ser promovido a un puesto de liderazgo?
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