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Tiempo de lectura: 11 minutos y 6 segundos
Autor: Redacción Ventana EBC
Noviembre de 2022, fecha que, sin duda, marcó una gran diferencia en el auge de la llamada Inteligencia Artificial Generativa (IAG) y en la vida de la humanidad, gracias al lanzamiento al público de ChatGPT.
Los días posteriores al anuncio del lanzamiento mantuve conversaciones con varias personas sobre ChatGPT y me sorprendió descubrir que algunas de ellas no estaban familiarizadas con esta herramienta. Esto era de esperarse, dado que era una tecnología relativamente nueva y aún no había alcanzado un nivel generalizado de reconocimiento.
Mientras el mundo comenzaba a conocer ChatGPT, en diferentes sectores se gestaba un proceso de innovación significativa; uno de los más destacados fue el del ámbito educativo, donde la IAG emergió como un catalizador de cambio para el desarrollo del talento, y definitivamente ha sido un hito histórico para la enseñanza y el aprendizaje.
Paralelamente, en el mundo de los negocios, la IAG estaba por convertirse en un instrumento esencial para la innovación, la eficiencia empresarial y la creación de nuevos modelos de negocio. Pero, ¿cómo se interconectan estos dos mundos a través de esta herramienta tecnológica?, y más importante aún, ¿cómo este vínculo comenzó a cultivar un nuevo tipo de talento, preparado para enfrentar los desafíos y oportunidades del futuro?
Como punto de partida, es necesario entender que la esencia de IAG en la educación se refiere a sistemas de Inteligencia Artificial (IA) capaces de crear recursos nuevos, por ejemplo, texto, imágenes, sonidos, videos y más.
Entonces, si esta tecnología puede crear contenido a través de indicaciones, ¿qué retos tendrán los estudiantes al momento de resolver sus actividades, proyectos o exámenes? Ahí está la respuesta, se deberán producir retos para los estudiantes. Si hay algo que la IAG aún no puede hacer, es tomar la iniciativa y dar respuestas o soluciones basadas en nuestras necesidades, sino que, debe esperar a que decidamos solicitarlo.
Muchas universidades prohibieron el uso de la IAG en las aulas, otras tomaron la iniciativa de modificar la forma de enseñar, asumiendo retos y entendiendo que las actividades tradicionales sólo daban resultados tradicionales. Era momento de cambiar la raíz de la educación y de promover competencias permanentes en los estudiantes, las cuales no sólo les ayudarán a saber discernir en qué momento será adecuado el uso de la tecnología, sino que también contribuirán al desarrollo de sus habilidades de comunicación, pensamiento crítico, creatividad y trabajo en equipo.
El talento, moldeado por una educación innovadora, encuentra en la IAG un aliado para su desarrollo profesional y las empresas han comenzado a poner atención en esas personas que han desarrollado habilidades técnicas y, sobre todo, permanentes para lograr mejores resultados. Estos individuos, armados con conocimientos avanzados, están preparados para liderar la carga en la transformación de los negocios. El talento formado de la mano con la tecnología está redefiniendo una era de innovación caracterizada por la rapidez, la eficiencia y, sobre todo, la adaptabilidad, lo que ha desarrollado un ciclo sinérgico.
Este ciclo sinérgico funciona así: la educación impulsada por la IAG forma talento calificado y adaptable, este talento, a su vez, fomenta la innovación y la competitividad en el ámbito empresarial. Las empresas que aprovechan estas capacidades pueden explorar nuevos mercados, desarrollar productos innovadores y mejorar sus procesos, lo que conduce a un crecimiento económico sostenible. Este crecimiento incrementa la demanda de talento más innovador y especializado, estimulando aún más la evolución de la educación para satisfacer estas necesidades emergentes.
Sin embargo, este ciclo sinérgico presenta desafíos, especialmente en lo que respecta a la ética del uso de la IAG y la igualdad de acceso a la educación de calidad. Las empresas y las instituciones educativas deben trabajar en conjunto para abordar estos desafíos, garantizando que los beneficios de la IAG se distribuyan adecuadamente y se utilicen de manera responsable. Al hacerlo, pueden maximizar las oportunidades que esta tecnología ofrece para el desarrollo del talento y la innovación empresarial, asegurando que ese ciclo entre educación, talento y crecimiento empresarial no sólo se mantenga, sino que también evolucione.
La intersección de la IAG con la educación y el desarrollo del talento está sentando las bases para una nueva era de innovación en los negocios. A medida que estas tecnologías avanzan, se abren nuevas posibilidades para la creatividad, la eficiencia y la adaptabilidad en el mundo de los negocios, prometiendo no sólo transformar industrias enteras, sino también mejorar la manera en que vivimos y trabajamos. La clave para desbloquear este potencial reside en nuestra capacidad para potenciar nuestras habilidades permanentes, así como del uso adecuado y ético de las nuevas herramientas tecnológicas que surgen a diario.
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