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Tiempo de lectura: 8 minutos
Autor: Guillermo Mora Maestro en Administración Escuela Bancaria y Comercial en Campus CDMX
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Cuando escuchas la palabra “investigación”, es probable que vengan a tu mente la imagen de un laboratorio, provisto de equipos electrónicos, pizarras, pilas de documentos, contenedores de cristal con variados líquidos, luces centelleantes y, en medio de todo ello, una persona concentrada en un microscopio para observar algún misterioso compuesto, el cual probablemente oculta el próximo gran avance de la ciencia.
Es posible pensar que la imagen anterior está muy relacionada con el proceso para realizar una investigación. Lo cual podría llevarte a realizar la siguiente pregunta, ¿es difícil hacerlo? La respuesta a ello es sí y no. Aunque puede parecerte una contestación paradójica, lo cierto es que “investigar” también se relaciona con situaciones que van más allá de los muros de un laboratorio, como podrás observar en las siguientes acepciones extraídas del Diccionario de la Lengua Española:
- Indagar para descubrir algo.
- Ej. Investigar un hecho.
- Realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre determinada materia.
- Ej. Investigar sobre el cáncer.
Como puedes apreciar, la segunda definición se acerca a la imagen del laboratorio, pues es un hecho innegable que las investigaciones profundas lo usan para analizar, así como crear, los elementos que le dan forma al mundo donde te desenvuelves. Tal vez no medites sobre cómo fueron creados o qué procesos lograron sus estudios, sin embargo, es importante que te des un momento y recuerdes algunos de ellos:
- Vacunas: funcionan para enfrentar mejor las enfermedades.
- Automóviles: sirven para desplazarse en largas distancias.
- Refrigeradores: conservan los alimentos por más tiempo.
- Nylon: se usa para elaborar textiles versátiles.
- Wi-Fi: conecta de forma inalámbrica equipos de cómputo y telecomunicaciones.
- Teléfono inteligente: ayuda a comunicarte, consultar contenidos, incluso leer este texto.
Investigar es la mejor ruta para asegurar la posibilidad de encontrar una respuesta ante un reto o solucionar un problema, es algo inherente al actuar como personas, aunque, como puedes ver en esta minúscula lista, se requiere un gran esfuerzo para crear todos esos elementos que están muy relacionados con la primera definición: “Indagar para descubrir algo”.
Esta idea es la que permite conectar la búsqueda de información con la cotidianeidad que te acompaña de forma personal, académica y profesional. Estos desarrollos técnicos tienen su origen en conceptos sencillos que fueron evolucionando paulatinamente hasta transformarse en respuestas complejas que derivaron en productos y servicios de los que ahora te beneficias.
Precisamente, este principio evolutivo de sencillez es el que te ayudará a entender que tú también realizas investigaciones cada vez que requieres solucionar un problema, aunque a veces, no te das cuenta de ello.
En todos lados se hace investigación
Probablemente, no te des cuenta de que estás investigando, esto se debe a que lo haces de una forma sencilla al solucionar un problema. Ahora mismo quizás te preguntes: ¿cómo es que hago una investigación sin darme cuenta? Antes de contestar esta pregunta, es vital que comprendas cómo manejas las situaciones que rodean tu vida.
Para esto, volvamos a la definición principal; se trata de una acción con la meta de descubrir algo, lo que significa encontrar respuestas a los problemas tanto presentes como futuros, en donde el esfuerzo estará determinado por la complejidad a las cuestiones, los recursos necesarios, el tiempo disponible, así como el compromiso de quienes se embarcan en tratar de encontrar una solución.
Quizás esto te suene un tanto retador, ya que requieres considerar varios elementos para realizar una investigación adecuada, y con ello, tratar de conseguir un resultado, que no necesariamente debe surgir a la primera, pero sí acercarte a una respuesta. Todo lo anterior es necesario, puesto que también debes considerar la necesidad de tu trabajo con una estructura metodológica que te permita seguir una serie de pasos para desarrollarlo de forma adecuada. Respecto a dicha estructura, necesitas considerar los siguientes puntos: antecedentes referenciales, justificación de la cuestión principal, planteamiento del problema, hipótesis, estado actual de tema, objetivos, marco teórico, metodología, plan de trabajo, presupuesto, resultados y conclusiones.
Es un hecho innegable que necesitas tomar en cuenta una variedad de recursos y métodos para llevar a cabo tu indagación de forma ordenada, con ello, crearás valiosos conocimientos que te ayudarán a encontrar una respuesta aceptable al problema que buscas solucionar o, por lo menos, te acercarán un poco a tu objetivo.
Bueno, después de esta descripción de los elementos que debes considerar retomemos la pregunta del inicio: “¿cómo es que hago una investigación sin darme cuenta?”, para todas aquellas decisiones que tomes de forma periódica, esto te llevará a efectuar algún tipo de indagación, ya sea al leer un libro o artículo, ver un video en YouTube, platicar con familiares o amigos, recibir capacitación en tu trabajo, incluso, consultar el manual de usuario de tu teléfono inteligente, esto último puede ser una buena idea para usarlo mejor.
Tal vez pienses que esta búsqueda de datos, trabajos previos, metodologías e implementación no pueda ser una investigación, pero cuando te percatas que necesitas encontrar una solución a un problema, obtienes conocimiento nuevo que te brinda una o varias respuestas de forma indirecta, lo cual se acerca a la definición que se refiere a “indagar para descubrir algo”.
Veamos los siguientes ejemplos para mostrarte cómo la investigación está en todos lados:
- Al organizar un viaje de vacaciones: requieres conocer destinos, itinerarios, costos, etc.
- Reparar una fuga de agua: tienes que revisar el problema, obtener la pieza de reemplazo y colocarla para corregirla.
- Configurar una consola de videojuegos: identificar las opciones de video, audio y jugabilidad.
- Preparar la cena de fin de año: adquirir los ingredientes, elaborar el platillo y servir a los invitados.
- Compartir un video de YouTube: presionar el botón derecho del ratón, copiar la dirección URL, colocar el texto en un correo o mensaje.
Esta pequeña lista muestra situaciones que pueden ser sencillas, pero todas ellas, al igual que las investigaciones estructuradas, requieren lo siguiente:
- Justificar la investigación: “Tengo un problema para la cena de fin de año”.
- Plantear el problema: “¿Qué opción será la más atractiva para una cena de fin de año diferente?”.
- Marco teórico: “¿Cómo hago un platillo de curry japonés?, ¿consulto una receta en Google o veo un video en YouTube?”.
- Resultados y conclusiones: “Hice una rica cena y todos quedaron satisfechos”.
Estos pasos te permiten obtener conocimientos que puedes aplicar para enfrentar esos retos cotidianos; es cierto que no se le suele llamar de esta forma por la imagen que se tiene de ese proceso, pero al verlos de cerca, tienes que averiguar algo que desconocías antes, y eso sin duda, aunque en menor escala, también es investigar.
Investigar es una herramienta para tu evolución personal
Si bien es verdad que realizar una investigación estructurada, como se apuntó previamente, puede ser un proceso complejo que requiere la conjunción y uso de una variedad de recursos, datos, así como el seguimiento de una estricta metodología, también es cierto que tienes la capacidad de averiguar de forma sencilla, ya sea para solucionar problemas o saber más. Precisamente, es esta última idea la que te brinda una evolución personal, donde se te invita a descubrir y aprovechar esa capacidad inherente que tienes para tu beneficio individual o profesional.
Como podrás haber notado, esto suena muy bien y tal vez te preguntes: “¿cómo la investigación se relaciona conmigo si sólo soy un universitario? Imagino que esto de investigar es para presentar mi tesis de titulación”. Sin duda, para eso sirve investigar en tu futuro, pero por ahora, la intención es mostrarte el uso y los beneficios presentes que le brinda a tus actividades universitarias, así como a tus actividades laborales (en caso de que todavía no trabajes, no te preocupes, esto te dará una pista).
Veamos, entonces, cuáles son esos “retos” académicos que enfrentas de forma cotidiana:
- Leer textos para tu próxima clase
- Responder a preguntas durante dinámicas
- Contestar tareas asignadas
- Elaborar informes y presentaciones para proyectos
- Estudiar para exámenes finales
Por supuesto que lo anterior es una lista general, pero con estos ejemplos te darás cuenta de que contienen dos elementos íntimamente ligados: la necesidad por resolver un problema y la búsqueda de una solución. Es aquí donde se responderá tu pregunta anterior; la relación que tiene contigo es que desarrollará a futuro tus capacidades de aprendizaje, así como de análisis sobre cualquier duda o tema que enfrentes.
Ahora es necesario que te hagas un planteamiento personal: “¿quiero saber más?”. Esto dependerá de tu perfil, intereses, motivaciones como estudiante actual o futuro colaborador en una organización. Lo cual, significa que sólo tú eres responsable del nivel de conocimiento que deseas alcanzar, lo que te ayudará a elaborar mejores trabajos, tanto en las ideas planteadas como el manejo de datos, e incluso, en su presentación.
Aunque en definitiva todos poseemos diferentes capacidades para realizar pequeñas investigaciones no estructuradas, también es cierto que este esfuerzo por saber no sólo te permite sobresalir para obtener mejores notas en la escuela, sino que, además, te ayuda a crear lazos de comunicación y convivencia con quienes compartes tu trabajo, salón, proyectos y exámenes.
Desarrollar esta práctica te permitirá encontrar, de forma más rápida y sencilla, fuentes de información que te brindarán la posibilidad de reducir el tiempo de elaboración de informes solicitados, tareas, así como el poder estudiar de manera más precisa. Además, te permitirá desarrollar capacidades analíticas de resolución de problemas que te mostrarán como un colaborador valioso y reconocido en tu futuro profesional.
En conclusión, el investigar no es exclusivo de aquellos identificados como investigadores, es también una forma de ver el mundo a través del interés por encontrar una solución, aun cuando pueda ser pequeña o sencilla. Así, te hará evolucionar como persona, por medio de tus contribuciones como estudiante o profesional, para crear un mejor lugar para ti y la sociedad que te rodea.
Fuentes consultadas.
- Blaxter, L., Hughes, C., & Tight, M. (2000). Cómo se hace una investigación. Primera edición. España: editorial Gedisa.
- RAE (2014). Diccionario de la Lengua Española, Vigesimotercera edición Versión Apple Store para iPad.
- Münch, L., & Ángeles, E. (2007). Métodos y técnicas de investigación. Primera edición. México: editorial Trillas.
- Ordóñez Díaz, L. (2022). Claves para presentar proyectos de investigación. Universidad Del Rosario. Escuela de Ciencias Humanas, 9. https://urosario.edu.co/sites/default/files/2022-07/Claves-para-presentar-proyectos-de-investigacion.pdf
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